Sobre los nuevos dioses

Posiblemente os hayáis dado cuenta de que el monoteísmo no funciona. Por mucho que nos empeñemos en lo contrario, los seres humanos nos sentimos más cómodos con la idea que que existen diversas divinidades o seres mágicos que, haciendo uso de poderes mayores o menores, son los responsables de que cierto tipo de actividades lleguen a buen puerto o terminen en catástrofe.

Si eres cristiano, al menos de educación, no finjas sorpresa. Piensa en todos los "dioses" menores del cristianismo: San Judas Tadeo patrón de los imposibles, San Pancracio para conseguir trabajo, etc. Cuando nos cansamos del libre albedrío impuesto por Dios y de las responsabilidades que éste conlleva, acudimos a estas entidades a las que, mediante rezos y promesas, intentamos sonsacar un don que pretendemos se nos confiera de manera más o menos mágica.

El problema es que estos antiguos Santos y Ángeles no se ajustan demasiado a algunas de las nuevas posibilidades que ofrece la vida moderna al urbanita occidental medio. ¿A quién debemos invocar cuándo internet no funciona? ¿A quién suplicar cuando el código que has picado no hace más que dar core dumps (al margen de a tu jefe)?
Existe un nuevo panteón de nuevos dioses, a la espera de que descubramos sus nombres para empezar a satisfacer las nuevas necesidades.

Os recomiendo la novela "American Gods" de Neil Gaiman, si estas ideas os resultan cuando menos curiosas y dignas de atención.

Os pareceré frívolo, aunque solo ofrezco otro punto de vista, pero desde que he leído este libro, no puedo dejar de pensar en que las carreteras son uno de esos nuevos dioses: a cambio de un tributo de oro y sangre, ofrecen sus dones a los mortales: celeridad y comodidad en los desplazamientos.